La Reserva Natural Tapytá es una de las 6 reservas en donde el FCBT trabaja ininterrumpidamente desde el 2010, la misma cuenta con 4.736 ha y está ubicada en el departamento de Caazapá entre los distritos de San Juan Nepomuceno y Tavaí. Es administrada por la Fundación Moisés Bertoni (FMB), quien junto a la empresa Desarrollos Madereros S.A. se encarga de implementar los proyectos financiados por el FCBT en la zona de amortiguamiento de la reserva.
Entre los beneficiarios directos de los proyectos se encuentra Doña Esmelda Brítez viuda de Villalba, quien nos recibe bajo el techo del corredor de su casa en la comunidad de Toro Blanco del Distrito de Tavaí.
La historia de Doña Esmelda es bastante especial, empezando por lo que nos indica su apellido, que nos recuerda a su esposo Don Artemio Villalba, un gran amante de la naturaleza, quien en vida fue guardaparque de la Reserva Natural Tapytá y asesinado durante el desarrollo de sus labores, convirtiéndose en un mártir de la Reserva. Don Artemio junto a Doña Esmelda fueron los pioneros en la comunidad de Toro Blanco en actuar para la recuperación de los bosques de la zona y promover la toma de conciencia al respecto.
Doña Esmelda inicia su relato contándonos sobre la importancia del apoyo recibido del FCBT y de la FMB “desde el 2012 recuerdo que venimos recibiendo apoyo de los proyectos de la FMB y el FCBT, y hoy en día se puede ver que tenemos de todo en la finca. Yo estoy muy feliz y doy gracias porque mediante a todo lo que recibí estamos en medio de plantas y árboles que rodean mi casa y me dan sombra”. La finca de Doña Esmelda es una de las fincas modelo, o bien llamadas “Fincas Escuelas”, que en el último proyecto implementado en la zona ha sido seleccionada como ejemplo a seguir para los demás vecinos y beneficiarios.
Sobre el apoyo que recibió a través de los proyectos nos menciona “entre lo que recibí se encuentran los cajones de apicultura y equipos para producción apícola, los plantines de árboles nativos, frutales, yerba mate y exóticos como el eucalipto, semillas para cultivos de autoconsumo, además del acompañamiento y las capacitaciones”, continua diciendo “todo esto nos ha permitido generar renta vendiendo cada año lo que se cosecha de yerba mate y miel que produzco en los 5 cajones que tengo, donde normalmente se alcanza al año unos 200 litros”.
Gracias al proyecto los beneficiarios de la zona, incluida Doña Esmelda tienen compradores de yerba mate que acceden hasta sus fincas para acopiar y comprarle sus productos, generándole ingresos cada año de forma continua. Un aspecto no menor que nos cuenta Doña Esmelda es que el cambio climático afecta la zona en algunas temporadas, como en 2021 donde la sequía afectó la producción de miel e incluso afecto a las plantas de yerba mate.
En la comunidad de Toro Blanco se encuentra la empresa Desarrollos Madereros S.A., importante en el rubro de producción de madera en Paraguay, y que es una fuente de ingresos para todas las familias de la zona. En ese sentido nos cuenta Doña Esmelda “los eucaliptos que tenemos ya vamos cosechando, a veces usamos acá en la casa para tirantes, tablas, chiquero de animales y energía, se aprovecha todo y lo que no se usa se vende a la empresa o a otros interesados”. Esto es algo importante que destacar en la zona, ya que el tener árboles exóticos para estos usos le permite a las familias resguardar los remanentes de bosques que tienen, y Doña Esmelda es un fiel ejemplo de cómo crear incluso un pequeño bosque alrededor de su casa.
Por otro lado, Samuel Sánchez, técnico de la FMB nos comenta que ellos ya incorporaron las nuevas técnicas que se les enseñó, producen su miel, yerba mate, eucalipto y semillas de autoconsumo, que luego de cosechar ya guardan una parte para volver a producir y Doña Esmelda ya lo viene realizando de forma sostenible año tras año.
La producción de yerba en la zona es muy importante para los objetivos del FCBT, al ser una planta nativa y que tiene como plus la generación de ingresos para las familias, sobre eso Doña Esmelda nos cuenta “tengo por lo menos 1 ha plantada de yerba mate, que en años anteriores a la seca pude llegar a vender hasta 2.000 kg”.
La finca de Doña Esmelda tiene una hermosa protección de árboles nativos alrededor de la casa que le produce sombra y frescura, le sirve de cortina rompevientos y favorece a la fauna de la zona, en todo momento de la entrevista escuchamos distintos cantos de varias especies de aves, que felices hacen compañía a la familia.
Doña Esmelda nos dice “estoy muy agradecida y feliz por toda la ayuda recibida, hoy mi familia genera ingresos sostenibles gracias a todo lo que fuimos incorporando desde los primeros proyectos, esto permitió que desde el 2020 pasemos a ser la finca escuela y ahora los vecinos vienen a aprender y luego replican en sus fincas”.
Finalmente, nos deja un mensaje final “Si nos sacrificamos y le damos gracias a Dios, todo es posible, ser gente trabajadora y que sabe aprovechar las oportunidades que nos dan es importante, yo creo que esta es la gente que puede hacer que se disminuyan las deforestaciones en la zona, porque valoran y tienen conciencia de la importancia de la naturaleza así como nosotros”.
Don Artemio como guardaparque fue el precursor en darle la verdadera importancia a la plantación de árboles nativos en la zona, y hoy podemos decir que Doña Esmelda continúa fehacientemente con el ejemplo y el legado de su marido, logrando una toma de conciencia y cambio de paradigmas entre los vecinos de la comunidad.